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Los tiempos cambian, nosotros también


Tenemos que adaptarnos y evolucionar

Los tiempos cambian y por lo tanto, nosotros también tenemos que cambiar. De lo contrario te quedarás atrás y tu negocio desaparecerá. No obstante debemos recordar que cualquier cambio mal planificado acabará por fastidiar a tu empresa y en vez de hacer bien, podrás hacer un mal irremediable. Tienes que planificar, utilizar tu cabeza y reestructurar. No puedes hacer las cosas por capricho o por querer joder al del lado. Los cambios se hacen para mejorar, para corregir, para evolucionar.

El mercado mortuorio está cambiando drásticamente, pero lamento decir que las respuestas a este cambio por parte de los que participan en el mísmo han sido un tanto desacertadas. Vemos una de disparates elementales que realmente uno no se explica el porqué de tales movimientos. No solo en nuestro mercado, sino también en el Puerto Rico de hoy. Miremos por un momento a nuestra crisis fiscal. La misma fue creada tanto por los populetes, como por los azulejos y por los patrioteros también. ¿Saben porqué? Sencillamente porque todo aquí es política. Las medidas que se toman y las decisiones a lo loco son únicamente para joder al contrario o para asegurar 4 años más robándole al pueblo. Lo gracioso del caso es que mientras están abajo todos parecen tener la respuesta al problema...hasta que se trepan. De inmediato los ataca una amnesia colectiva y se les olvida cómo solucionar la situación. En lo de "joder al contrario" es que nuestro mercado mortuorio se parece a los políticos.

La crisis fiscal del país, nos afecta todos por igual.

Cuando Buchanan Group introduce un producto al mercado o pone en vigor una estrategia de ventas, no estamos pensando en la competencia. Esa es la gran diferencia entre nosotros y los demás. Ellos hacen sus cosas pensando en cómo fastidiarnos y no en cómo atender una necesidad. Invierten más tiempo pensando en nosotros y copiando todo lo que hacemos que en atender propiamente a sus negocios. En realidad no nos importa lo que haga cada cual y muchos de ellos no compiten con nadie, sino con ellos mismos por los disparates descabellados que llevan a cabo. Cuando nosotros hacemos algo es como respuesta a una necesidad en el mercado, a petición de nuestros clientes o porque es necesario un cambio y punto. Tomemos el caso del Bravo, por ejemplo. Este ataúd se concibió en enero del 2017 durante nuestra primera reunión de ventas en Puerto Rico. Nos percatamos de que el mercado estaba padeciendo de calidad en los ataúdes de bajo costo y cada día llegaban más porquerías por menos precio sin medir consecuencias. Decidimos elaborar un modelo que llenara ese hueco pero sin sacrificar la calidad del producto. Así fue que nació el Bravo.

Los requisitos para este producto eran inminentes: sencillez, sin lujo y eliminando lo que no hace falta. No obstante en lo que realmente importa, ahí nos aseguramos de que cumpliera con nuestros rigurosos estándares de calidad. Por eso el Bravo es gauge 20, las agarraderas están reforzadas, el piso está sellado, la soldadura es corrida en el fondo y para mantener nuestro compromiso con los clientes y con los familiares a los que les sirven, el Bravo también está cubierto por la póliza de $2M en caso de cualquier eventualidad por defectos de construcción. NADIE te ofrece lo mismo, ni siquiera en sus modelos más costosos. NADIE. Fíjense que mantuvimos en secreto nuestras intenciones y cuando el Bravo llegó a Puerto Rico fue entonces que publicamos su entrada al mercado. Agarramos a toda la competencia con los calzones a las rodillas y ahora andan locos buscandole faltas al Bravo como si ellos supieran el propósito y el porqué el Bravo se fabricó así como es. Ahora bien; comparen el Bravo con las demás latas de sardinas que venden por ahí en el mismo precio. Bendito....

El Bravo: sencillez sin lujos con la mejor calidad en el mercado.

El Bravo no se hizo para reemplazar al Storm. Ese es el ataúd de mayor venta en Puerto Rico. El Bravo llenó una necesidad y le envía un mensaje claro y conciso a los que insisten en vender porquerías de que sí se puede hacer algo bueno por un buen precio, sin tener que recurrir a unidades con metales "tela de cebolla", pinturas estucadas y agarraderas mequetrefes que se salen en los peores momentos. Para los que quieran agarraderas de lujo a vuelta redonda, mattress ajustable y sombras con colores exóticos, para eso está el STORM. El Bravo es más bien un STORM pelao'. El mismo estándar de calidad pero sin los lujos. Claramente se nota que los demás suplidores NO pueden hacer lo mismo. Ese es su problema.

El mercado se está inclinando hacia la austeridad, pero cuidado con esto! La gente anda buscando productos que ofrezcan más valor por su dinero. No están buscando porquerías. Un mayor grupo de suplidores se está concentrando en abaratar costos a como sea sin importar las consecuencias que esto pueda traer. Van a México y a la hermana República Dominicana y en vez de negociar con los mejores, buscan lo más barato y lo más porquería para poder revender barato, aunque pierdan dinero y no se ganen un carajo. No tiene sentido y más bien se están disparando en el pie ellos mismos. Resultados: siguen inundando a Puerto Rico con porquerías. Ataúdes con el espesor de una lata de galletas, interiores que de mirarlos mal se desprenden, esquinas que se abren porque no aguantan el peso de un bacalao', pinturas que parece que le cayeron a martillazos y agarraderas que a cada rato se salen y obligan al funerario a regalar el servicio para que NO los demanden. Miren semejante estupidez y lo peor del caso es que ciertos funerarios por ahí los patrocinan...hasta que lo pierdan todo.

Para los que prefieran algo más refinado: STORM.

Jamás he logrado entender cómo alguien se mete en un mercado completamente saturado, sin recursos y a vender productos que apenas le sobra para pagar el diesel que utiliza el camión de entregas. Para hacer las cosas peores deciden importar porquerías que la gente les compra al principio para cooperar pero que jamás repiten una orden por miedo a que se les caiga un muerto en el próximo entierro. No puedo entender eso. Por otro lado, tenemos a los que sí tienen recursos pero que están más bien por fastidiar al contrario o por probar no se qué, sin generar un centavo de ganancia. Esa es la realidad del mercado de hoy.

Todo esto trae consecuencias y actualmente las estamos pagando todos por igual: el suplidor, el funerario y los familiares. El suplidor porque no está haciendo dinero, el funerario porque arriesga su negocio y el cliente porque lo obligan a comprar una porquería a precios altos.

De seguir esta práctica no está lejos el día en que DACO se meta a fiscalizar nuestros negocios. Aquellos que compran barato y venden exageradamente caro. Aquellos que fabrican latas de sardinas que no cumplen con el reglamento 258. Aquellos que venden y no cobran IVU. Aquellos que venden ataúdes sin tomar en consideración elementos básicos de seguridad. Preparense.

Eviten mayores consecuencias y hagan las cosas bien.

Los tiempos cambian y nosotros tenemos que cambiar también, pero tenemos que hacerlo con sabiduría buscando el bien común para todos. No podemos seguir improvisando sin medir consecuencias. Así hicieron todos los que gobernaron el país y ahora miren en dónde estamos metidos. Lo mismo pasará con la industria funeraria de Puerto Rico si no nos ponemos los pantalones en su sitio. Vamos a ver funerarias cerrando y suplidores desapareciendo porque ya no hay cama para tanta gente. En un país que no tiene 300 funerarias, existen 10 suplidores de ataúdes que por tal de rellenar un espacio en el showroom del funerario de la esquina, no les importa el bienestar del familiar que utilizará ese producto para llevar a su ser querido a la morada final.

Usted amigo lector que no está en el negocio mortuorio, exija calidad en sus servicios. Usted puede pedir que le expliquen todo acerca de lo que compra. Orientese. Ya no estamos en aquellos tiempos en donde reinaba la escasez de información. Ahora todo lo que usted necesita saber está al alcance de sus dedos. Nosotros en Buchanan Group tenemos una responsabilidad tanto con el funerario, como con el cliente que escoja nuestro producto. Edúquese, pregunte y exija. Es su derecho y si necesita ayuda, no vacile en comunicarse con nosotros.

Buena suerte!


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